Los celos son una de esas emociones que nadie quiere admitir… pero que casi todos sentimos. Ya sea en una relación de pareja, entre amigos o incluso en el trabajo, los celos aparecen cuando percibimos una amenaza (real o imaginada) hacia algo que valoramos. Y sí: son incómodos, a veces irracionales, pero no tienen por qué definirte. En este artículo, te cuento cómo trabajar los celos desde la psicología, sin caer en la autoexigencia, la culpa o la etiqueta de “soy una persona celosa y punto”.

¿Por qué sentimos celos?

Los celos no aparecen porque sí. Suelen tener raíces más profundas:

  • Miedo al abandono o al rechazo
  • Inseguridades personales (“¿seré suficiente?”)
  • Modelos relacionales aprendidos (relaciones basadas en el control o la posesión)
  • Falta de comunicación o límites poco claros en la relación

La emoción en sí no es “mala”. Lo que importa es qué haces con ella.

Trabajar los celos no es dejar de sentirlos

Uno de los errores más comunes es intentar “anular” los celos, como si fueran una señal de debilidad o toxicidad. Spoiler: no funciona.

La clave está en entenderlos, ponerles nombre y gestionarlos. Eso sí: hay que diferenciar entre celos que se pueden trabajar internamente y relaciones que, por su dinámica, realmente generan inseguridad (y ahí ya hablamos de otra cosa).

5 pasos para empezar a trabajar los celos desde la psicología

  1. Valida la emoción
    Sentir celos no te hace peor persona. Es humano. El primer paso es dejar de negarlos o juzgarlos.
  2. Pregunta sin acusar
    A veces, los celos aparecen por falta de información o claridad. Hablar con tu pareja (o con quien sea) desde la curiosidad y no desde la culpa puede cambiarlo todo.
  3. Identifica la amenaza interna
    ¿Qué estás temiendo perder realmente? ¿Tu valor? ¿Tu lugar? ¿Tu estabilidad emocional? Trabajar los celos implica mirar hacia dentro, no sólo hacia afuera.
  4. Refuerza tu autoestima
    Cuanto más sólida es tu autoimagen, menos espacio tienen los celos para sabotear tus relaciones. La inseguridad personal suele ser terreno fértil para ellos.
  5. Pide ayuda si se desbordan
    Si los celos te hacen sufrir constantemente, afectan tu comportamiento o tus vínculos, hablarlo en terapia puede ayudarte a desactivar sus raíces.

Los celos no se eliminan, se comprenden

Trabajar los celos no significa convertirte en una persona fría o indiferente. Significa construir una forma de relacionarte basada en la confianza, el diálogo y el cuidado emocional.

Sentir no es el problema. El problema es callar, culpar o controlar en lugar de mirar hacia dentro.

¿Te resuena?

Si estás en un momento en el que los celos están afectando tu vida o tus relaciones, no estás sola. Trabajarlos no es un lujo, es una forma de autocuidado. Y con las herramientas adecuadas, se puede.

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