El estrés laboral se ha convertido en una de las principales fuentes de malestar en nuestra sociedad actual. Exigencias constantes, plazos ajustados y la presión de hacerlo todo bien generan una tensión que, si se prolonga en el tiempo, puede afectar gravemente a nuestra salud mental.
Estrés y ansiedad: No son lo mismo
Aunque solemos usarlas como sinónimos, es importante diferenciar entre estrés y ansiedad. El estrés es una respuesta natural ante situaciones de presión, mientras que la ansiedad, cuando se prolonga, puede convertirse en un trastorno psicológico que requiere atención profesional. Si llevas meses sintiéndote sobrepasadx en el trabajo y esa sensación empieza a afectar otros ámbitos de tu vida, podrías estar experimentando sufriendo ansiedad.
¿Qué provoca el estrés laboral?
El estrés laboral se refiere a cuando nuestra situación laboral nos supone una responsabilidad más grande de la que creemos que podemos asumir. Y no siempre se trata de tener demasiado trabajo; la falta de estímulo o sentir que nuestras tareas carecen de sentido también puede generar malestar. Los extremos nunca son buenos.
- Falta de tiempo: ¿Sientes que siempre vas con prisa? Los plazos imposibles y la sensación de no llegar a todo son factores clave en el desarrollo del estrés.
- Autoestima y síndrome del impostor: Sentir que no eres lo suficientemente buenx para tu puesto es más común de lo que crees. Recuerda: si te eligieron para el trabajo, es porque tienes las competencias necesarias. Y si no, harás lo mejor que puedas, y eso también está bien.
- Ambiente de trabajo tóxico: Superiores autoritarios o entornos competitivos pueden hacer que te marques metas inalcanzables. No dejes que la percepción de los demás te controle: tu valía no se mide por la opinión ajena.
Las personas entre 35 y 45 años son las más propensas a padecer estrés laboral, puesto que suelen combinar las horas de trabajo con otras responsabilidades personales como cuidado de los hijos o labores domésticas, especialmente en el caso de las mujeres.
No ignores las señales
Si el trabajo te quita el sueño y sientes que no puedes más, es hora de pedir ayuda. La terapia es una herramienta accesible y eficaz para gestionar el estrés laboral, ofreciéndote apoyo profesional desde la comodidad de tu casa. No esperes a que el problema crezca; tomar acción hoy puede marcar la diferencia.
Si tienes esta edad y un trabajo que te quita el sueño, pide cita antes de que el problema se haga más grande y sea más difícil salir de él.
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