Discutir en pareja no es algo negativo, de hecho, a menudo me encuentro a gente en mi consulta que me cuenta que nunca ha tenido un conflicto con su pareja y que empieza a sospechar que eso no es algo bueno. Sospecha confirmada.

Aunque no todas las parejas son iguales, hay algo común a todas ellas y es que tienen conflictos. Cuando vivimos en pareja es normal que surjan desacuerdos porque pasar tiempo juntxs provoca fricciones entre las personas. 

Para que una pareja dure y sea sólida no tiene que tener menos conflictos, sino saber resolverlos adecuadamente. Según lo que yo he visto, las discusiones suelen originarse por falta de comunicación o por una mala gestión de las expectativas que tenemos puestas en la otra persona, y esto suele generar enfado o frustración. 

¿Entonces hay que discutir con tu pareja todo el rato?

No, lo ideal es discutir para solucionar un problema y llegar a un cierre del conflicto. Cuando un conflicto en pareja no se soluciona, queda latente, como un volcán activo con erupciones diminutas, y genera mal ambiente continuamente. Por esta razón, discutir en pareja no es algo negativo pero sí lo es un conflicto que nunca se soluciona.

¿Por qué discuten las parejas?

Se han realizado varios estudios sobre la temática de las discusiones para intentar encontrar patrones. Algunos investigadores han encontrado que la clave está en las necesidades no satisfechas. Los estilos de apego, por ejemplo, te marcan a la hora de relacionarte con los demás. Si tu pareja no satisface tu necesidad de apego, es posible que lo reclames o que te frustres sabiendo que tienes que trabajar en tu apego.

Otra de las necesidades conflictivas en pareja es la necesidad de aceptación. Algunas personas asocian su valía personal con el nivel de aprobación de los demás, sobre todo, de sus parejas. Sentir que alguien te acepta y te aprueba con tus cualidades y defectos es algo muy poderoso. Por el contrario, si sientes que tu pareja no te acepta o no te lo demuestra tanto como tu esperas (de nuevo expectativas), puedes sentir abandono o rechazo. 

Como he comentado anteriormente, mi experiencia me dice que el manejo de las expectativas también suele ser motivo de discusión en pareja. Crearnos expectativas de cómo va a reaccionar nuestra pareja ante algo o imaginarnos cómo va a ser una escena concreta y repetirla 100 veces en nuestra cabeza (sí, todxs lo hemos hecho), nos limita a esperar un solo resultado de los acontecimientos. Cuando esas expectativas no se cumplen, nos decepcionamos y afloran emociones negativas que tendremos que gestionar. 

¿Cómo manejar mejor las discusiones en pareja?

Analizar los motivos frecuentes de discusión es lo primero. También es bueno fijarse en si esas discusiones tienen un cierre o se alargan en el tiempo, haciendo que nos volvamos pasivo-agresivos y reaccionemos mal ante cosas menos importantes. Hay que trabajar la comunicación de pareja, para expresar tus preferencias y necesidades. Recuerda que discutir en pareja no es algo negativo pero hay que poner toda la energía en manejar esos conflictos de una manera asertiva y regulada emocionalmente.

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