Los problemas de autoestima son uno de los objetivos que yo, como terapeuta, considero transversales a casi todxs lxs pacientes que acuden a mi consulta porque es muy común no conocerse a unx mismx y, por desgracia, es muy común no aceptarse y valorarse. Los problemas de autoestima en mujeres, en concreto, se deben tratar de una forma especial porque hay muchos factores asociados.
Si no tienes muy clara la definición de autoestima, te recomiendo este otro post donde lo explico mejor.
En esta ocasión me gustaría hablar sobre la autoestima en las mujeres. Es evidente que desde que nacemos partimos de una posición de desventaja en cuanto a lo que se nos valora a nivel social, y no podemos negar que esto nos influye en nuestro autoconcepto.
¿Por qué influye la sociedad en la autoestima de las mujeres?
La autoestima no es algo innato o genético, es algo que se va construyendo conforme a nuestras experiencias en la vida. Vivimos en sociedad y, por tanto, nuestras primeras interacciones con el mundo van a marcar también la autoestima.
Durante los primeros años de vida vamos formando un concepto de lo que somos. Los estereotipos de género, tan incrustados en los modelos familiares, modelarán esta imagen dejándonos clarito lo que se espera de nosotras, lo que tenemos que hacer en casa o a lo que podemos y no podemos jugar. Este es el origen de los problemas de autoestima en mujeres.
¿Qué experiencias pueden marcarnos?
Algunas mujeres, cuando son pequeñas, escuchan juicios constantes acerca de su físico que no son tan frecuentes en hombres. Es habitual que algunas incluso comiencen dietas restrictivas desde muy jóvenes para encajar en esa imagen esperada. Y no solo hablo del peso, también se critica el aspecto cambiante de partes del cuerpo de las niñas, como los pechos.
Aparte del físico, cuando comienza la socialización con iguales también estamos cumpliendo con un modelo de comportamiento y de normas marcado por los estereotipos de género. No se nos permite jugar a determinados deportes, ni se nos permite hablar de determinada forma porque no es “femenino”.
Si una niña recibe rechazo al mostrar ciertas conductas y aprobación al mostrar otras, su comportamiento irá cambiando para vivir más cómoda. Habrá niñas que lo acepten sin rechistar, pero habrá otras que realmente estén haciendo el aprendizaje de que lo que a ellas les gusta no está bien y, por tanto, hay que despreciarlo. La asociación mental sería así: me gusta algo que no me puede gustar y, por tanto, mi gusto está “roto” o yo no soy lo bastante buena como para que me gusten cosas socialmente aceptables.
¿Qué podemos hacer de adultas para arreglar esto?
El primer paso es conocerse a una misma. Para lograrlo, intenta elaborar una definición de ti misma sincera y honesta, evitando juicios y siendo lo más objetiva posible. Después, plantéate qué cosas te gustan y cuáles no. Analiza por qué no te gustan esas partes de ti misma y trata de buscar el origen. Intentar aceptar todas las partes de unx mismx es un trabajo que lleva tiempo y lo mejor es que busques acompañamiento terapéutico.
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