Spoiler: si te has hecho esta pregunta más de una vez… puede que la respuesta sea sí. La ansiedad es esa amiga intensa que aparece sin que la invites, que te acelera el corazón, te aprieta el pecho y te llena la cabeza de pensamientos catastróficos tipo: “¿y si me desmayo?”, “¿y si tengo algo grave?” o el clásico: “no puedo con esto”.

Pero antes de declararnos oficialmente en modo ataque de pánico, vamos a ponerle nombre y forma a eso que sentimos. Porque entender qué es lo que pasa en nuestro cuerpo y en nuestra mente, es el primer paso para gestionar la ansiedad (sí, se puede).

🌪️ ¿Qué es la ansiedad?

La ansiedad es un sentimiento básico, natural y necesario. Es lo que nos avisa de que algo no va bien, lo que nos prepara para huir si aparece un tigre o nos empuja a estudiar cuando tenemos examen. El problema aparece cuando esa alarma está encendida todo el tiempo, incluso cuando no hay peligro real.

Y ahí es cuando hablamos de trastornos de ansiedad. Porque no, no es lo mismo estar un poco nerviosx antes de una cita que vivir con el corazón a mil sin motivo aparente.

🚨 Principales síntomas de ansiedad:

  • Síntomas físicos:
    Palpitaciones, presión en el pecho, sensación de ahogo, mareo, sudoración, temblores, tensión muscular, nudo en el estómago, problemas digestivos. A veces, parece que te vas a desmayar o que estás teniendo un infarto (spoiler: no lo estás).
  • Síntomas cognitivos:
    Pensamientos negativos en bucle, dificultad para concentrarte, sensación de irrealidad o desconexión (como si estuvieras en una película), miedo constante a que pase algo malo.
  • Síntomas conductuales:
    Evitar ciertas situaciones, aislarte, buscar constantemente seguridad (“¿tú crees que esto es normal?”), irritabilidad, cambios en el sueño o el apetito.
  • Síntomas emocionales:
    Inquietud, preocupación constante, sensación de agobio, llanto fácil, frustración… como si tu mundo interno estuviera a punto de explotar.

🌸 ¿Y ahora qué hago?

Primero: respira. Literal. Inhalar y exhalar con calma ayuda más de lo que parece.
Segundo: no estás solx, y no estás exagerando. La ansiedad se puede tratar, y pedir ayuda es un acto de valentía, no de debilidad.
Tercero: cuida lo básico. Dormir, comer, moverte, hablar con alguien de confianza, hacer cosas que disfrutes… todo eso cuenta. Y mucho.

Y si sientes que la ansiedad te está ganando la partida, busca unx profesional de la salud mental. La terapia puede ayudarte a entender qué la activa, cómo calmarla y cómo vivir con más tranquilidad. Porque la ansiedad puede ser intensa, sí… ¡pero tú lo eres más!

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