Desde que empezó la pandemia y ahora con la vuelta a la “normalidad” estamos continuamente adaptándonos a situaciones nuevas estresantes. Algunas personas consiguen adaptarse mejor que otras porque cada uno lleva su ritmo, pero la sociedad va imponiéndonos muchos cambios que no siempre estamos preparados para afrontar. Nuestras rutinas del día a día, los eventos que surgen de casualidad, las noticias inesperadas, las fiestas, el trabajo, los compromisos… tenemos tantas cosas en la agenda que a veces no nos permitimos fijarnos en cómo estamos nosotrxs y tener un momento de relajación.

¿Cuánto tiempo hace que no te has sentado a analizar cómo estás y a respirar profundamente?

Si el agobio diario no te da un respiro y sientes síntomas de ansiedad, es aconsejable que intentes buscar un ratito para ti de autocuidado. Aquí te dejo mi granito de arena para que ese momento de pausa sea más eficaz y saludable, enseñándote algunas técnicas de relajación

Respiración diafragmática

Existen muchos tipos de respiración para relajación, pero este método es el que más suelo enseñar a mis pacientes. Consiste en tomar aire por la nariz y llevarlo hacia el viente, sin hinchar el pecho. Si te resulta difícil, al principio puedes poner tu mano sobre la tripa para comprobar que se mueve. Hay que retener el aire unos segundos y después expulsarlo lentamente. 

Relajación progresiva de Jacobson

Este método fue creado por Edmund Jacobson y es muy eficaz. Se trata de comenzar desde una postura cómoda, sentados. Hay que hacer un barrido por todas las partes del cuerpo empezando por los pies hasta la frente, y pasando por gemelos, muslos, glúteos, espalda, abdomen, brazos, pecho, cuello, boca y ojos. La instrucción es tensar muscularmente durante 10 segundos cada parte y después destensar. Al finalizar debes repasar mentalmente todo el cuerpo y comprobar que está relajado. 

Imaginación guiada

En esta técnica vas a poner a prueba el poder de tu mente para relajarte. Lo resume muy bien la mítica frase de Peach, la estrella de ‘Buscando a Nemo’: “Piensa en un lugar feliz, piensa en un lugar feliz.” Consiste en cerrar los ojos e imaginarte a ti mismx en un lugar tranquilo y feliz, como en la playa o en el bosque. Intenta incorporar mentalmente estímulos de los 5 sentidos.

Ya tienes las herramientas, ahora intenta ponerlas en práctica. Es normal que al principio te cueste, te surjan dudas o incluso te entre la risa y desconectes de la actividad, pero no desistas y sigue practicando las técnicas de relajación porque al final encontrarás beneficios. Ante todo, lo más importante es pensar que estás ofreciéndote un tiempo para ti y priorizándote. ¡Ánimo!

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